Otra vez quedó vacante el concurso para juez de Familia y se desató la polémica

Por segunda vez quedó desierta la convocatoria para funcionarios con competencia en Violencia Familiar. Las críticas no tardaron en llegar y hay quienes ponen en duda el procedimiento de selección y los criterios de evaluación. Por Silvina Bazterrechea


Ea creación de dos juzgados de Familia especializados en Violencia Familiar para el interior siguen siendo materia pendiente en la provincia de Córdoba. Ocurre que a dos años de la sanción de la ley que creaba estos tribunales especializados para Río Cuarto y Cosquín, el Consejo de la Magistratura de Córdoba -cuerpo encargado de la selección de funcionarios y magistrados- volvió a declarar desiertos los concursos abiertos para tal fin y deberá repetir, por tercera vez, el procedimiento de convocatoria.
La noticia despertó suspicacia entre los operadores judiciales y rápidamente aparecieron las críticas con respecto a la metodología que tiene el cuerpo de selección para elegir a los funcionarios del Poder Judicial. ¿Qué es lo que ocurre? ¿No hay nadie capacitado para ocupar los cargos? ¿Por qué nadie lograr integrar el orden de mérito?, son algunos de los interrogantes.
Fuentes consultadas por Comercio y Justicia advirtieron que en este tipo de concurso el problema es que nadie supera la entrevista personal. De un total de 48 personas que se inscribieron en ambos (29 para el primero y 19 en el segundo), sólo 16 lograron pasar el examen escrito. Esto implica que, conforme la evaluación de la sala examinadora (integrada por un magistrado, un representante de abogados y un académico) apenas estas personas eran idóneas para convertirse en los nuevos jueces de Familia. Sobre las demás, el Consejo entiende que no tienen el perfil buscado. Es allí donde comienzan las especulaciones.
¿Cuál es ese perfil? “La entrevista personal y el perfil que se busca conforman una decisión que termina siendo muy subjetiva. La última palabra no la tiene la sala técnica como debería suceder sino que termina siendo una decisión política”, remarcó a este diario una fuente cercana al organismo bajo observación.
Algunos hablan de parcialidad, otros de subjetividad y los más críticos hasta ponen en tela de juicio la transparencia de los concursos.
Algunos ejemplos
Una docente y abogada litigante, consultada por este diario y que rindió  en tres oportunidades los concursos para Familia, contó su experiencia. Según relató, en uno los concursos, pese a obtener prácticamente el máximo de puntaje en el examen escrito (34 puntos, el máximo es 40) y que sus antecedentes hayan sido valorados en 13 puntos (el máximo es 20), cuando fue entrevistada por el pleno del Consejo le dijeron que, a pesar de sus conocimientos técnico-jurídicos, no estaba en condiciones de convertirse en juez.

“No me reprobaron pero me pusieron la mínima calificación que no me alcanzaba para integrar el orden de mérito. Parecía que no les hubiera gustado mi cara, no entendí qué pasó”.
La concursante, que pidió a este medio no revelar su identidad porque pretende continuar rindiendo otros concursos, aclaró que no cree que “haya habido mala fe”, aunque sabe que hay cierta “información que pasa de boca en boca y no se transmite por medios formales”. “Si tenés un conocido te va a poder decir qué te preguntan en las entrevistas, qué están buscando, qué tenes que hacer”, puntualizó.
Además, indicó que sería importantísimo que exista una carrera para formar a funcionarios judiciales.
Otra concursante, esta vez una integrante del Poder Judicial, que también pidió que no sea revelada su identidad,  y que rindió en dos oportunidades , criticó la metodología de selección.
“Para rendir hay que pagar $300, algo que no se entiende y ya es restrictivo. Además cuando llegas a la entrevista termina siendo una decisión aleatoria y discriminatoria”, aseguró.
Aunque este diario intentó obtener una versión desde el seno del Consejo de la Magistratura, el ministro de Justicia, Luis Angulo- uno de los nueve integrantes del Cuerpo-, se limitó a explicar por medio de su vocero de prensa que “si los concursos quedaron desiertos es porque nadie estaba en condiciones de integrar el orden de mérito”. A su vez, informó que ya se decidió abrir otra convocatoria para el mes de mayo.
Comercio y Justicia también intentó dialogar con el presidente del Cuerpo, el vocal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Luis Rubio, pero éste se encuentra de viaje con compensación de feria.
¿Qué se elige?
Hay un margen para la discrecionalidad
Más allá de las especulaciones, las vacantes en los concursos de Familia dejaron reflejada una realidad que no puede soslayarse: las designaciones de funcionarios y magistrados del Poder Judicial de Córdoba son más transparentes y menos arbitrarias que hace algunos años e, incluso, son mucho mejores que en otras provincias del país. No obstante, todavía el sistema deja un margen para la discrecionalidad. Según el actual procedimiento, quien aspira a ocupar un cargo en la Justicia necesita obtener un mínimo de 70 puntos para integrar el orden de mérito, pero sólo 40 de ellos puede obtenerlos por medio del examen técnico en el que se evalúa su idoneidad profesional. El resto (60 puntos) son analizados por el pleno del Consejo y corresponde al análisis de los antecedentes del candidato y la entrevista persona
Fuente: http://www.comercioyjusticia.com.ar/2011/04/01/otra-vez-quedo-vacante-el-concurso-para-juez-de-familia-y-se-desato-la-polemica/

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