Nada más que una piolada
Ya es la cuarta nota sobre el tema. ¿De qué se trata? ¿De una comedia de enredos, de una demostración de quién tiene la sartén por el mango, de una guerra no declarada de intereses políticos? Le pregunté su opinión a un amigo alemán, que vive en Bonn y que luego de una visita de tres semanas a la Argentina se ha especializado en lunfardo porteño, quien –luego de explicarle el caso– me respondió sin pestañear: “Es una piolada porteña llevada a cabo en Córdoba”. Bien, pasemos al caso. En la Legislatura cordobesa se presenta de pronto el diputado Passerini y propone que se trate “sobre tablas”, es decir, ya mismo, el cambio de nombre de la Avenida de Circunvalación de la ciudad de Córdoba, que pasaría de llamarse “Agustín Tosco” a “General Bustos”. Se aprueba sin discusión con el voto en contra de tres legisladores. No se dice por qué ese otro nombre. Se cambia y ya está. Como si fuese una orden cuartelera. A pesar de que el nombre de la avenida Tosco había sido aprobado por unanimidad p